CHICLAYO. Una de las instituciones llamadas a combatir la evasión y el fraude fiscal parece haberse convertido, según la fiscalía, en un nido de corruptelas internas. La Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios ha abierto una investigación preliminar contra Niza Melendrez Temoche, funcionaria de la SUNAT en Lambayeque, junto a una veintena de implicados más, por su presunta participación en una organización criminal que habría operado cómodamente desde las entrañas de la propia administración tributaria.
EXPEDIENTE: Carpeta Fiscal N.° 146-2022
FISCAL A CARGO: Cinthia Pérez Sandoval
DELITOS: Lavado de activos (Art. 1 Ley 27765) - Enriquecimiento ilícito (Art. 401 CP)
FECHA DENUNCIA: 30 de marzo de 2022
ANTECEDENTES
La denuncia fue presentada por el abogado Stalin Pavel Guevara Farro, quien entregó documentación sobre movimientos patrimoniales difícilmente explicables entre funcionarios activos de la SUNAT. En el centro de la trama figura Melendrez Temoche, quien, entre 2018 y 2021, habría adquirido tres propiedades: dos en Chiclayo y una en Lima. El valor estimado de estas compras supera los S/ 2.3 millones, una cifra que dista enormemente de sus ingresos declarados como servidora pública.
EVIDENCIAS DOCUMENTALES
El Ministerio Público, mediante el oficio N.º 1456-2022-MP-FN, ha identificado una serie de elementos que apuntan a un patrón sostenido de ocultamiento y simulación de activos:
• Transferencias bancarias trianguladas desde cuentas de terceros vinculados a proveedores y
contratistas de la SUNAT
• Adquisición de vehículos de lujo mediante intermediarios o presuntos testaferros
• Un incremento patrimonial del 587% en apenas cuatro años
• Salidas internacionales no registradas en las declaraciones juradas de bienes y rentas
MODUS OPERANDI
Según la hipótesis fiscal, el esquema operaba con prácticas ya conocidas en redes de corrupción estatal: sobrecostos en procesos de fiscalización, coacciones a contribuyentes, alteración deliberada de bases de datos y el uso sistemático de familiares para encubrir las operaciones financieras. Todo esto, bajo la sombra institucional de una SUNAT que, hasta ahora, no ha emitido pronunciamiento público sobre el caso.
Este caso no es un hecho aislado. Desde hace al menos una década, múltiples reportes periodísticos y denuncias ciudadanas han señalado la existencia de mafias internas en oficinas de la administración tributaria en el norte del país, donde los operativos de fiscalización terminan siendo oportunidades para el chantaje o el cobro de "cupos" disfrazados de auditorías.
De confirmarse las acusaciones, estaríamos ante uno de los escándalos de corrupción más graves dentro de la SUNAT regional, con ramificaciones que podrían alcanzar a mandos medios y superiores aún no tocados por la investigación fiscal.